Gastaría sin límites, no tendría ni el mas mínimo remordimiento si supiera que lo gastado a sido por una causa gratificante, una buena salida, ayudar a un amigo o algo que me sirva a la larga o corta.
Pero acaso no es de lo peor gastar dinero y no saber en que lo gastaste, sentirte sin un centavo en el bolsillo es horrible, insultante a veces.
En estos días de recesión bolsical(llámese así a lo vacío de mi bolsillo), decidí tomar un consejo de una prima conejo, a la que consideraría yo, como la ama y señora del ahorro, el banco andante, la cobradora de impuestos mas temible, la señorita devota del santo del puño, en fin mil y un sobrenombres podría acreditarle pero la verdad es que fuera de esos detalles la cuentita millonaria que se maneja es producto a su fuerza de voluntad para ahorrar día tras día. Fuerza que evidentemente yo no comparto, no tengo ni creo que tendré, pero hacer el intento no creo que me cueste mucho o ¿si?
Decidida a dejar mis días de despilfarradora monetaria accedí a hacer un trato con ella, el trato consiste en darle un dinero semanal para que lo deposite en una cuenta, pues muchos dirán ¡asu cuanta confianza!, pues la verdad es que si, confío por que es mi prima y por que yo tendré la tarjeta. Si, es graciosos pero cierto el trato es que yo tenga la tarjeta de la cuenta pero ella la clave, y así podré ahorrar.
Ojala y este sistema de ahorro me resulte, pues esconder el dinero en un bolsillo de una chaqueta no me ha resultado del todo bueno, así que ahora me lanzo a una nueva forma de ahorro, quizás se me haga una costumbre, quizás aprenda el sentido del ahorro y valore mi dinero, quizás, quizás también después de este experimento me de más ganas de gastarme el dinero ahorrado.
Pero acaso no es de lo peor gastar dinero y no saber en que lo gastaste, sentirte sin un centavo en el bolsillo es horrible, insultante a veces.
En estos días de recesión bolsical(llámese así a lo vacío de mi bolsillo), decidí tomar un consejo de una prima conejo, a la que consideraría yo, como la ama y señora del ahorro, el banco andante, la cobradora de impuestos mas temible, la señorita devota del santo del puño, en fin mil y un sobrenombres podría acreditarle pero la verdad es que fuera de esos detalles la cuentita millonaria que se maneja es producto a su fuerza de voluntad para ahorrar día tras día. Fuerza que evidentemente yo no comparto, no tengo ni creo que tendré, pero hacer el intento no creo que me cueste mucho o ¿si?
Decidida a dejar mis días de despilfarradora monetaria accedí a hacer un trato con ella, el trato consiste en darle un dinero semanal para que lo deposite en una cuenta, pues muchos dirán ¡asu cuanta confianza!, pues la verdad es que si, confío por que es mi prima y por que yo tendré la tarjeta. Si, es graciosos pero cierto el trato es que yo tenga la tarjeta de la cuenta pero ella la clave, y así podré ahorrar.
Ojala y este sistema de ahorro me resulte, pues esconder el dinero en un bolsillo de una chaqueta no me ha resultado del todo bueno, así que ahora me lanzo a una nueva forma de ahorro, quizás se me haga una costumbre, quizás aprenda el sentido del ahorro y valore mi dinero, quizás, quizás también después de este experimento me de más ganas de gastarme el dinero ahorrado.
2 comentarios:
Hermana tu bien sabes las desgracias que he pasado por el bendito dinero y mi vicio despilfarrador, en fin, hoy en día tengo un cerdo azul en el que me he dispuesto ahorrar poco a poco, ahora no tendrá más de 20 soles pero, recién empiezo. Suerte mona.
Me alienta que tu estes ahorrando, eso me da esperanzas. Se que superaremos el largo brazo del despilfarro y que nos convertidremos en grandes chanchitos ahorradores :D
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