7 de mayo de 2009

HARLEY NIGHT

Motores y colores, adornos de colección y maní salado, llantas y timones, cámaras y micrófonos, naranja y negro. Se me podrían ocurrir mil cosas mas para clasificar todas las cosas que vi, que toque, que sentí rugir.

No fue hace mucho pero quizás e retrazado bastante la llegada de este articulo, hace un par de meses, días, horas me encontraba en la casa del mas grande fanático que alguna vez yo pudiera conocer, un fanático que sin duda no había escatimado en gastos para obtener hasta el mas raro adorno que tuviera como sello a Harley Davidson.

Viernes en la noche, me encontraba con Laida y Denisse en el distrito de Pueblo Libre, dando vueltas alrededor de un parque, en búsqueda de la casa prometida, pues días previos conversamos con el dueño y nos invito a conocer su humilde morada, la cual no tenía nada de esos dos adjetivos. Al llegar tenía los nervios de punta, no sabia con lo que me iba a encontrar, por un momento paso por mi mente el hecho de que el señor en mención podría estar exagerando sobre los artículos que decía tener, o que quizás yo no tenia ni idea de lo que encontraría, dudas que me aturdían y dificultaban mi facilidad de saludo a primera vista.

Al entrar a la casa la perplejidad se convirtió en un sentimiento mutuo entre mis compañeras y yo, por lo menos yo no podía creer que existieran tantos objetos con el sello Harley y mucho menos que una persona pudiera tenerlos todos en la sal de su casa.

Desde ceniceros hasta ventiladores, la cantidad de objetos eran impresionantes y mi asombro no dejaba espacio a otra sensación dentro de mí.
Palabras vienen y otras se van, empecemos a lo que nos trajo aquí, conocer más a este personaje singular, a este fanático de Harley que nos abrió las puertas de su casa para enseñarnos su mundo, su espacio, su fascinación Harley.


Después de varias preguntas que la verdad seria tan extenso detallar, pasamos a tomarnos algunas fotografías con las motos, de recuerdo claro, que mas efectiva que una fotografía. Después de varias fotos y algunos cambios de vestuario imprevistos pasamos a la parte divertida que era subir a la moto.


Esta era una Harley Davidson Electra Glide con Side Car incorporado, si esto les suena como en chino, no se espanten a mi no me resulto del todo conocido tampoco, pero lo interesante de esto es el side car, que es un vehículo de una rueda enganchado al costado de una motocicleta. Si, el famosísimo carrito al costado de la moto, jamás en mi vida me había subido a uno y como comprenderán la emoción no me cabía en el pecho.
Mi cabello golpeaba mi rostro, mi corazón sentía la adrenalina causada por la velocidad, 80, 90, 120… para mí iba demasiado rápido, para él era solo un tranquilo paseo.


Y llego el fin de la noche, pues esta tenia que acabar en algún momento, me voy con la emoción de haber pasado una noche que recordare siempre.